Lectura comprensiva: “Culto a la Pachamama en Bolivia”
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Culto a la Pachamama en Bolivia
Cada año, en el mes de agosto, se celebra en las cumbres andinas de Bolivia, Perú y Ecuador los rituales a la Pachamama, la Madre Tierra. Según la cosmovisión de los habitantes andinos, la Pachamama pide ofrendas para saciar su sed y hambre al despertar después del estío (summer). A cambio de estas ofrendas los habitantes reciben favores que prometen abundancia y fertilidad.
Los ritos a la Pachamama empiezan al despertar el alba. En altares de piedra perfectamente colocados se queman objetos como dulces, nueces, flores, hierbas aromáticas e incienso. Los elementos representan tanto a la familia y la salud como al trabajo y los negocios. Un sacerdote aymara llamado Yatiri ofrece oraciones mientras arroja alcohol para avivar las llamas. Los devotos ahí reunidos rezan a las distintas deidades, incluyendo al Dios cristiano, esperando que se cumplan sus deseos. Se cree que si las cenizas quedan blancas los deseos se cumplirán. Muchos de los que participan mastican coca, que es para los indígenas una hoja casi mística.
Agosto es el mes dedicado a la Pachamama. Las celebraciones empiezan el primero de agosto y duran todo el mes. Se cree que durante toda esta temporada los espíritus emergen para posesionarse del territorio andino. Esta tradición que se asocia con el calendario agrícola andino, se ha practicado por siglos en los países indomestizos. Al llegar los españoles, los incas mezclaron sus creencias con las nociones cristianas, logrando que sus ritos y tradiciones sobrevivieran. Aunque se consideraba hereje, hoy en día el culto a la Pachamama se está extendiendo aún entre las clases medias de los países con fuertes tradiciones indígenas.